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Anti-corruption protest

Unidos contra la corrupción en el sector extractivo

La transparencia y la colaboración como herramientas empleadas por los países para combatir la corrupción en el sector extractivo.

El 2024 representa un año de transición. Mientras los sistemas energéticos globales siguen mutando, los procesos electorales están transformando el liderazgo en un conjunto de países que representa casi la mitad de la población mundial. Las transiciones generan incertidumbre, y la incertidumbre, a su vez, genera un terreno potencialmente fértil para la corrupción. En este contexto de celebración del Día Internacional contra la Corrupción, la urgencia de enfrentar la corrupción en el sector del petróleo, el gas y la minería resulta más evidente que nunca.

El EITI se encuentra en la primera línea de las iniciativas que buscan abordar la corrupción promoviendo la transparencia en la gestión de los recursos naturales. En 2020, el Consejo EITI reafirmó su compromiso de desalentar la corrupción fortaleciendo la capacidad de los grupos multipartícipes. Desde entonces, el EITI y sus aliados han desarrollado herramientas, mejorado las divulgaciones y facilitado diálogos para identificar y mitigar los riesgos.

En este contexto de celebración del Día Internacional contra la Corrupción, la urgencia de enfrentar la corrupción en el sector del petróleo, el gas y la minería resulta más evidente que nunca.

El Día Internacional contra la Corrupción de este año ofrece una oportunidad para reflexionar sobre tres enseñanzas fundamentales y sobre los avances exhibidos por los países en el abordaje de los riesgos de corrupción. 

Comprender los riesgos para impulsar medidas

Los riesgos de corrupción son variados. Contar con una base común de conocimientos sobre el panorama de los riesgos permite que las partes interesadas prioricen la puesta en práctica de medidas. Las divulgaciones del EITI, junto con herramientas de aliados tales como NRGI y Transparencia Internacional, han ayudado a los países a identificar vulnerabilidades y desarrollar respuestas basadas en pruebas.

Contar con una base común de conocimientos sobre el panorama de los riesgos permite que las partes interesadas prioricen la puesta en práctica de medidas. 

En Filipinas, uno de los líderes mundiales de producción de níquel, el EITI investigó los riesgos del proceso de otorgamiento de licencias para la explotación de minas de níquel de gran escala. El estudio reveló la existencia de riesgos de conflictos de intereses y consultas poco transparentes, y propuso reformas tales como la automatización de los procesos de otorgamiento de licencias, la divulgación de los beneficiarios reales y la evaluación de los impactos ambientales para fortalecer la supervisión. Estas conclusiones orientaron el plan de trabajo de EITI Filipinas para el año 2023 con miras a mejorar la transparencia en el sector del níquel.

En Togo, un estudio dirigido por la sociedad civil identificó tres riesgos de corrupción fundamentales: la falta de transparencia sobre la participación del gobierno en las empresas mineras, la existencia de contratos de alquiler de equipamiento cuestionables y brechas en la transparencia sobre los beneficiarios reales. Estas conclusiones impulsaron a las autoridades a asumir el compromiso de verificar la participación estatal en las empresas mineras y centralizar los datos sobre los beneficiarios reales, allanando, así, el camino hacia una supervisión y una rendición de cuentas más sólidas. Por su parte, otras evaluaciones de riesgo similares sirvieron como sustento para desarrollar la primera estrategia anticorrupción del sector extractivo de Malaui y el primer Plan de Acción contra la Corrupción de Guinea en 2023.

Generar medidas a través de la divulgación

La corrupción puede ser difícil de demostrar. Las divulgaciones de los gobiernos y las empresas, facilitadas a través del EITI, revelan anomalías y ofrecen los datos necesarios para hacer frente a los riesgos.

En Mozambique, los cotejos financieros realizados durante el proceso de elaboración del informe EITI 2020 revelaron registros de pagos falsificados por parte de empleados de las empresas y funcionarios del ámbito tributario, que redundaron en una malversación por un monto de unos USD 350.000. Si bien los registros indicaban que la empresa había efectuado el pago, el gobierno no había recibido dinero alguno. Esta anomalía, señalada por EITI Mozambique a la Comisión Anticorrupción de ese país, motivó el inicio de una investigación. El resultado fue decisivo: la empresa volvió a pagar el dinero faltante, y las personas involucradas fueron denunciadas penalmente. Si bien, aisladamente, pueden parecer de poca entidad, lo cierto es que estos casos pueden generar grandes pérdidas de ingresos e ineficiencias sistemáticas si no se hace nada al respecto.

La corrupción puede ser difícil de demostrar. Las divulgaciones de los gobiernos y las empresas, facilitadas a través del EITI, revelan anomalías y ofrecen los datos necesarios para hacer frente a los riesgos.

Los avances en materia de transparencia sobre los contratos y los beneficiarios reales han potenciado esta labor. Los recientes análisis situacionales del EITI revelan que hay al menos 41 países implementadores del EITI (75 %) que divulgan los contratos extractivos y 38 países (67 %) que presentan información sobre los beneficiarios reales. La triangulación de datos sobre la producción, las exportaciones y los ingresos, sumada a la divulgación de los contratos y la titularidad, puede seguir ayudando a que las partes interesadas detecten pérdidas de ingresos, anomalías en el otorgamiento de licencias, conflictos de intereses, hechos de contrabando y otras actividades ilícitas.  

Expandir y sostener el trabajo a través de acciones colectivas

Los casos de corrupción suelen ser complejos. Para combatir eficazmente este fenómeno, se necesitan acciones coordinadas que atraviesen diferentes organismos, partes interesadas y fronteras. Más allá de las divulgaciones, el poder de convocatoria del EITI fomenta la colaboración entre los organismos regulatorios, las comisiones anticorrupción, la fuerza pública, los miembros de parlamentos, las instituciones supremas de auditoría y la sociedad civil, con miras a abordar la corrupción de un modo integral. En Ghana, Indonesia, Liberia y Mongolia, los actores de la lucha contra la corrupción participan en el proceso EITI. Esto es algo que está dando resultados.

Para combatir eficazmente este fenómeno, se necesitan acciones coordinadas que atraviesen diferentes organismos, partes interesadas y fronteras. 

En Armenia, la publicación en 2020 de las declaraciones de beneficiarios reales de las empresas extractivas sentó las bases para la creación de un registro nacional comprensivo de todos los sectores de la economía en 2023. Desde entonces, el periodismo se ha valido de los datos para exponer intereses ocultos e irregularidades en las adjudicaciones de contratos, demostrando, así, cómo la transparencia conduce a una mayor rendición de cuentas.

EITI Ghana también ha promovido la transparencia en materia de beneficiarios reales. Desde 2021, trabaja con la Dirección del Registro de Empresas para mejorar este registro y desarrollar la capacidad de los grupos de la sociedad civil. Las investigaciones de una organización de la sociedad civil revelaron que los beneficiarios reales de una empresa minera tenían antecedentes penales en el extranjero, lo cual motivó a la Comisión de Minerales a rechazar la renovación de la licencia de la compañía.

Promover la agenda anticorrupción

Los grupos multipartícipes del EITI se encuentran en una posición única a efectos de generar datos esenciales para contribuir a las investigaciones, coordinar actividades y diálogos contra la corrupción entre los organismos y las partes interesadas, y promover reformas, políticas y leyes. El material guía actualizado del EITI prepara a estos grupos para que adopten enfoques proactivos y colaborativos contra la corrupción del sector extractivo.

En los tiempos turbulentos que corren, la necesidad de medidas contra la corrupción sigue siendo una cuestión urgente

En los tiempos turbulentos que corren, la necesidad de medidas contra la corrupción sigue siendo una cuestión urgente. Desde la Presidencia de Sudáfrica del G20 hasta la Conferencia sobre Financiación para el Desarrollo, el mensaje de las partes interesadas es claro: luchar contra la corrupción ya no es una opción, sino una necesidad imperiosa. A través de los datos y el diálogo, el EITI sigue constituyendo una poderosa herramienta para promover la transparencia y la rendición de cuentas en donde más hace falta.