En esta publicación nos ocuparemos de una pregunta que surge con frecuencia en los debates acerca del EITI: ¿cómo presentar los datos de un modo que ayude a configurar mejor el debate y la toma de decisiones? En el marco de los actuales acontecimientos —una drástica disminución de los precios del petróleo y una creciente incertidumbre económica— examinaremos una forma de cuantificar la dependencia de los recursos.
Entre los datos recolectados a través de los procesos EITI se encuentran datos abiertos referentes al aporte económico del sector extractivo. El EITI requiere que los gobiernos controlen qué contribución hace el sector extractivo al producto bruto interno (PBI), a los ingresos gubernamentales, a las exportaciones totales y al empleo en sus países.
Uno de los fines para los que pueden utilizarse estos datos consiste en evaluar la dependencia de los recursos. Se considera que un país depende de sus recursos cuando el aporte de su sector extractivo representa más de una quinta parte de las exportaciones o ingresos gubernamentales. Chad, Guinea, Irak, Nigeria, y Kazajistán son solo algunos de los países implementadores del EITI que se ubican en los primeros lugares en lo que respecta a actividades extractivas, aunque con distintos grados de dependencia.
Los datos sobre la dependencia de recursos suelen mostrarse como un porcentaje de la economía en su conjunto. Pero, ¿en qué ayuda a los ciudadanos, especialmente a aquellos que viven cerca de minas y yacimientos petrolíferos, el hecho de conocer el porcentaje de los ingresos gubernamentales que proceden de recursos extractivos? Son estos grupos los que a menudo sienten que las actividades del sector extractivo los afectan de manera desproporcionada.
Considerar la cuestión de la dependencia desde la perspectiva de los ciudadanos —que son los dueños en última instancia de los recursos— aporta una mirada diferente. ¿Cuánto dinero proveniente del sector extractivo obtiene el gobierno por cada individuo? Si se toma esta pregunta como punto de partida, las listas de clasificación de la dependencia de recursos cambian drásticamente.
Para elaborar estas listas, utilizamos datos informados a través del EITI en formato abierto en combinación con datos demográficos del banco de datos del Banco Mundial. Los resultados fueron sorprendentes.
Este análisis revela grandes diferencias entre los países implementadores del EITI. Los ingresos gubernamentales per cápita van desde más de USD 3000 en Noruega, hasta aproximadamente un dólar en Afganistán, Etiopía y Malawi. Los resultados son similares en lo que respecta a las exportaciones y a los datos relativos al valor agregado bruto que aporta el sector (su porción del PBI).
En el caso de Noruega, nación dotada de recursos, las cifras son tal vez menos sorprendentes. El país se ubica en el puesto más alto gracias a su importante producción de petróleo y su población relativamente pequeña. Esto significa que anualmente el gobierno noruego recibe más de USD 3000 en su presupuesto para invertir, ahorrar o gastar en cada uno de sus ciudadanos, lo cual refleja una elevada capacidad gubernamental para brindar servicios, más aún en términos per cápita.
Sin embargo, Nigeria, país que depende largamente de los ingresos derivados del sector extractivo (91%), ocupa apenas el octavo lugar de la clasificación en términos per cápita, por detrás de otros países que las personas normalmente no contarían entre aquellos que poseen sectores de recursos naturales de gran envergadura. Esta medición per cápita pone de manifiesto que, para una persona, el sector extractivo puede ser más importante en estados como Trinidad y Tobago, que en un gigante petrolero de África. Un caso similar es el de la República Democrática del Congo, que percibió apenas USD 13 per cápita por actividades extractivas, una cifra sustancialmente inferior a la de Trinidad y Tobago.
Esto no quiere decir que el sector extractivo no sea importante en países como Nigeria. No obstante, este tipo de análisis muestra un enfoque diferente de la dependencia de recursos, centrándose en el individuo. Las listas de clasificación per cápita nos permiten plantear preguntas importantes acerca de la relación entre el sector de los recursos naturales de un país y su capacidad de brindar servicios a los ciudadanos. Y, a su vez, de cómo podría repercutir en una población, ya sea directa o indirectamente, la producción de un gran cambio en los precios del petróleo, el gas y los minerales.
Estos gráficos utilizan datos de 2016, ya que la mayoría de los países implementadores del EITI disponen de esta información con fácil acceso. No obstante, muchos países han presentado datos más recientes.
¿Tiene curiosidad por saber cuál es la situación de su país en cuanto a ingresos gubernamentales per cápita? Puede descargar los gráficos y el conjunto de datos crudos para realizar comparaciones entre distintos países y años.