La preparación para la transición energética: preguntas clave para los países dependientes del petróleo, el gas y la minería
Cómo la EITI puede ayudar a los países ricos en recursos a lidiar con las implicaciones económicas de la transición energética.
La transición energética es un cambio global que supone dejar atrás los combustibles fósiles para adoptar fuentes renovables de energía y, de este modo, contribuir en sentido más amplio a la transición que busca alcanzar una economía libre de carbono para mediados de siglo. Se sustenta en un compromiso colectivo mundial de mantener el calentamiento global por debajo de los 2 °C en sintonía con el Acuerdo de París y las contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN).
El cambio global que se contempla alcanzar mediante esta transición hará necesario transformar las industrias extractivas y expondrá a los países productores a nuevos riesgos y oportunidades. Al reducirse el consumo global de combustibles fósiles, los países que dependen de las rentas procedentes del petróleo y el carbón deberán hacer frente a una caída en los ingresos sectoriales. Para los productores de minerales, la expansión de las energías renovables y las tecnologías limpias generará una mayor demanda de materias primas como el cobalto, el litio y el cobre, así como un incremento potencial muy pronunciado de la inversión.
A los fines de prepararse para estos cambios rápidos en la demanda, será necesario contar con datos que puedan utilizarse para realizar análisis con proyección hacia el futuro, servir de base para el diálogo en torno a las respuestas de las políticas y orientar el debate público. El Estándar EITI ofrece un marco para la divulgación y la participación de las partes interesadas como base fundamental para la rendición de cuentas y una buena gobernanza.
Este informe explora cómo la EITI puede ayudar a los países ricos en recursos a lidiar con las implicaciones económicas de la transición energética. El análisis de los datos informados a través del EITI (p. ej. sobre la producción de combustibles fósiles y los ingresos por transporte, los gastos sociales y los impactos ambientales) puede ayudar a los gobiernos y la ciudadanía a realizar pronósticos sobre las repercusiones que podrían sentir sus economías en las próximas décadas. Los pronósticos basados en datos concernientes al EITI pueden aportar pruebas que ayuden a los creadores de políticas a gestionar los riesgos y aprovechar al máximo las oportunidades de la transición energética.