La incorporación de la transición energética en el núcleo del Estándar EITI

El EITI tiene como elemento central un estándar global destinado a promover la transparencia y la rendición de cuentas en el sector de la energía y la minería. Desde que el Estándar EITI se presentó por primera vez en 2013, el marco divulgativo del EITI ha sido objeto de actualizaciones periódicas orientadas a responder a un sector en evolución y a las necesidades de las partes interesadas.

El escenario energético global ha cambiado radicalmente desde el surgimiento del EITI hace dos décadas. Nuevos datos de la Agencia Internacional de la Energía revelan que, el año pasado, las inversiones en energías limpias alcanzaron un máximo histórico de USD 1,7 billones, en contraste con la inversión de USD 1 billón en combustibles fósiles. La pandemia de COVID-19 y la invasión rusa de Ucrania han acelerado el progreso de la transición energética, dando aún más impulso a los esfuerzos por reducir la dependencia del petróleo y el gas y mejorar la seguridad de las cadenas de suministro de minerales críticos. En este contexto, en donde el sector de las energías renovables sigue atrayendo inversiones y generando flujos de ingresos, la necesidad de un mayor nivel de transparencia para garantizar una transición sostenida hacia un futuro energético respetuoso del medio ambiente se vuelve aún más crucial.

Un cambio sustancial en el régimen de presentación de informes del EITI

Con el propósito de mantener su relevancia en este contexto global cambiante, se llevó a cabo una actualización del Estándar EITI, incorporando por primera vez disposiciones relativas a la transición energética.

Estas novedades surgen a partir de un cambio estratégico emprendido por el Consejo EITI en los últimos cuatro años para abordar la transición energética en la labor del EITI. En 2020, el Consejo EITI desarrolló un enfoque más claro para el abordaje de la transición energética en las prioridades estratégicas del EITI. En él se reconocía que la transición energética tendría un impacto transformador en las industrias extractivas y que los datos divulgados a través del EITI pueden orientar el debate público acerca del sector y los flujos de ingresos futuros, además de ayudar a identificar los riesgos de gobernanza frente al rápido aumento de la demanda de las materias primas necesarias para el crecimiento de las energías renovables. Son varios los países implementadores del EITI que ya han dado a conocer datos sobre las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y demás aspectos de la matriz energética en transformación.

Por otra parte, se revisaron los Artículos de Asociación del EITI para reconocer el papel del EITI en la contribución a una transición energética responsable dentro de su objetivo. Asimismo, se amplió el grupo del EITI representante de las empresas a fin de incluir a las compañías energéticas, reflejando la diversificación de las carteras de inversión orientada a incorporar energías renovables y la adopción de objetivos de cero emisiones netas.

Nuevas disposiciones sobre la transición energética

El cambio global hacia una economía con bajas emisiones de carbono repercute en toda la cadena de valor del sector extractivo, desde el modo de adjudicación de las licencias hasta la influencia en los ingresos públicos. Este cambio está transformando los tipos de datos, divulgaciones y diálogos necesarios para apoyar la rendición de cuentas y la buena gobernanza del sector de los recursos naturales.

Por primera vez, el Estándar EITI alienta a las empresas a revelar las emisiones de GEI en consonancia con los estándares de divulgación más destacados, reconociendo el papel del EITI en la promoción de la transparencia y el debate público en lo que respecta a la información relativa a la transición energética y las implicaciones para la información divulgada a través del EITI.

El Estándar EITI 2023 también apoya las divulgaciones y el debate público sobre los efectos de la transición energética en el sector extractivo y las economías nacionales. Los gobiernos deberán documentar sus compromisos, políticas y planes relativos a la transición energética, lo que incluye divulgar los subsidios públicos, los gastos de capital y operativos, los mecanismos de fijación de precios del carbono y los impuestos y subsidios vinculados al carbono.

Los países implementadores, además, deberán documentar los motivos de la adjudicación acelerada de licencias extractivas, lo que ayudará a mitigar el riesgo de que se celebren negocios corruptos en este contexto de auge de la demanda de minerales críticos. También se alienta a los países a divulgar datos sobre las reservas comprobadas de petróleo, gas y minerales, exigiéndose información sobre las actividades exploratorias significativas.

La transición energética repercutirá en los ingresos gubernamentales obtenidos tanto de los combustibles fósiles como de los minerales, especialmente de aquellos necesarios para las tecnologías de energías renovables. Bajo el Estándar EITI 2023, se esperará que los gobiernos den a conocer sus previsiones de ingresos derivados de minerales y combustibles fósiles, así como los supuestos en los que se basan estas estimaciones. Además, se espera que las empresas divulguen información sobre los planes de producción futuros, cuando así lo solicite el grupo multipartícipe.

La transparencia en transición

En última instancia, las divulgaciones realizadas en virtud del Estándar EITI 2023 ayudarán a la ciudadanía a comprender si sus países están preparados para gestionar la transición energética. Esta información propiciará debates públicos sobre la sostenibilidad de los ingresos públicos, lo cual es un elemento central del régimen de presentación de informes del EITI. Mediante la facilitación de la transparencia y el diálogo abierto, el Estándar EITI 2023 puede ayudar a sentar las bases para una transición energética equitativa, sostenible e inclusiva, con miras a garantizar un futuro en el que todos puedan beneficiarse del cambio hacia un mundo con bajas emisiones de carbono.