Por qué la transparencia importa en Estados frágiles y ricos en recursos: el caso del Afganistán
Conclusiones del seminario Transparency Matters del EITI sobre recursos finitos y Estados frágiles
En los países con un legado de conflicto o un conflicto en activo es especialmente difícil establecer instituciones responsables y combatir la corrupción del sector extractivo. Según la opinión de los participantes del seminario Transparency Matters Recursos finitos y Estados frágiles, las reformas pueden darse incluso en entornos frágiles, siempre que los encargados de las reformas y la sociedad civil cuenten con la protección necesaria.
Los Estados frágiles son países en los que se combinan diferentes problemáticas, como el conflicto, una gobernanza deficiente, altos niveles de pobreza extrema y exposición a fenómenos adversos, como, por ejemplo, los efectos del clima. Este tipo de países a menudo albergan recursos naturales de importancia, los cuales, si se gestionan bien, se pueden utilizar en beneficio de los ciudadanos. Sin embargo, si se gestionan mal, pueden derivar en ganancias privadas o ilícitas.
En este contexto, el EITI vela por la transparencia, y facilita que los ciudadanos hagan un seguimiento del dinero, lo cual es fundamental para luchar contra la corrupción y suscitar debates sobre la planificación. Según afirma la Presidenta del Consejo EITI, Helen Clark, si bien los recursos pueden impulsar tanto el desarrollo como el conflicto, es preciso que “la paz esté en la columna derecha del libro de contabilidad”.
Los participantes del evento hicieron hincapié en la necesidad de personalizar las reformas partiendo de un conocimiento profundo del contexto. En el caso del Afganistán, hay muchos retos que debe afrontar la reforma del sector extractivo: la geografía, en especial el carácter continental del país; la inestabilidad y la tensión entre diferentes secciones de la sociedad; los altos niveles de corrupción; la presencia de la minería ilegal; y los complejos procesos burocráticos que suelen desalentar la inversión. La exministra de Minas, Petróleo e Industrias del Afganistán, Nargis Nehan, también resaltó las dificultades de ser una mujer líder en un entorno en el que todavía no había precedentes de mujeres que hubieran ocupado dichos puestos.
Las reformas implementadas como respuesta a estas condiciones se pusieron en marcha siguiendo una hoja de ruta para el desarrollo del sector, la cual esclarecía las funciones de todas las partes, así como una estrategia de reforma para las instituciones clave. El marco legal se estableció mediante la elaboración de una ley sobre hidrocarburos. Además, se dividieron las responsabilidades con las autoridades reguladoras para garantizar la presencia de un organismo independiente que regulara el sector. El Ministerio de Minas y Petróleo creó un Portal de Transparencia que garantizaba el acceso público a todos los contratos de minería firmados durante los últimos 10 años, y se llevó a cabo una revisión de contratos anteriores para abordar y solventar cuestiones relativas al legado. Asimismo, se firmaron memorandos de entendimiento con grupos de la sociedad civil a fin de que esta pudiera colaborar libremente con el ministerio y aportar información.
Esta sorprendente lista de logros fue posible en un entorno complicado, con una escasa cultura de atracción de inversores, falta de instituciones y un tejido social fragmentado. La implementación EITI en el Afganistán priorizó la generación de confianza, por ejemplo, garantizando que las estructuras de gobernanza representaran a todos los grupos étnicos. Los mecanismos para canalizar los ingresos proporcionaron dinero de los recursos que se distribuyeron entre las comunidades, partiendo de la convicción de que la falta de participación provocaría que la comunidad respaldara la minería ilegal.
Aparte del caso del Afganistán, Helen Clark destacó el papel que tienen los socios internacionales y el del EITI. El proceso de Validación —las evaluaciones continuadas del progreso de los países respecto al cumplimiento del Estándar EITI— ofrece recomendaciones concretas para contribuir a la opción de reformar y fortalecer los marcos institucionales, legales y regulatorios relacionados con la gobernanza del sector extractivo. El espacio de la sociedad civil sigue siendo un aspecto fundamental de la Validación. El EITI se basa en el concepto de la colaboración entre el gobierno, la sociedad civil y el sector privado. En los casos en los que este proceso no es productivo, o en los que ya no existe confianza, la sociedad civil recurrirá al EITI para que tome medidas.
El papel de la sociedad civil y la necesidad de proteger a los encargados de las reformas son aspectos clave. Aunque la sociedad civil es fundamental para exigir responsabilidades a los gobiernos, su función puede ser difícil y es posible que las organizaciones de la sociedad civil carezcan de los recursos necesarios.
Cuando la exministra Nargis Nehan abandonó su cargo en 2019, tenía la esperanza de que parte de su legado se conservara y de que los sucesores pudieran continuar con su trabajo. Si bien dejó claro que no colaboraría con el régimen actual hasta que las mujeres se consideraran ciudadanas con iguales derechos, hizo hincapié en que el Portal de Transparencia ha seguido activo en línea y que muchos funcionarios han permanecido en sus puestos. Mientras estuvo en el cargo, Nehan expresó que su aspiración era “asegurar que las puertas y las ventanas del ministerio están abiertas a la sociedad civil, de manera que queden abiertas cuando yo me haya ido”.
El EITI agradece a Norad la organización de este evento, y las observaciones iniciales y el apoyo de Bjørg Sandkjær, Secretario de Estado para la Cooperación Internacional del Ministerio de Asuntos Exteriores de Noruega, y de Stig Traavik, Director de Clima y Medio Ambiente de Norad.